30 septiembre 2010

Una zambullida al mundo de los delfines

En el otoño de 1950, una draga que se encontraba a una milla de distancia de las costas de Florida, detonó una carga de dinamita a varios metros de profundidad. Tras el estruendo, apareció un delfín visiblemente herido que era incapaz de ascender para respirar a consecuencia de la explosión.

De repente, dos compañeros se colocaron a un lado cada uno y, sosteniéndole, le ayudaron a alcanzar la superficie para tomar aire hasta que el herido se recuperó y pudo nadar por sí mismo. En otras ocasiones se ha observado cómo algunos delfines con arpones clavados en el cuerpo, son auxiliados por otros individuos que intentan romper el sedal o dan fuertes golpes a los cascos de los barcos.

Esta asombrosa convergencia en un organismo de una inteligencia desarrollada y capaz de una gran complejidad social sólo se ha dado en contadas ocasiones en la historia de la evolución de las especies, probablemente únicamente en primates, elefantes y cetáceos. Además, surgió en procesos completamente independientes, ya que el ancestro común de delfines y humanos vivió hace más de 95 millones de años y, por lo tanto, la inteligencia en estas especies evolucionó de forma separada.

Los delfines pertenecen a una familia de especies muy numerosa, la familia de los delfínidos, que incluye también a orcas y cachalotes. Todos ellos proceden de un género parecido al de los ciervos, llamado Indohyus. Estos animales vivieron en el Eoceno, hace 55 millones de años aproximadamente, y estaban emparentados con el ancestro del hipopótamo. Uno de los aspectos más interesantes de la historia evolutiva de los delfines es que, debido a algún cambio brusco en el entorno, sus ancestros regresaron al mar tras un largo periplo en la Tierra de varios millones de años.

Casi humanos

En unas investigaciones llevadas a cabo en los años ochenta por el biólogo Louis Herman, de la Universidad de Hawai, con un delfín mular llamado Akeakamai, se demostró que éste era capaz de procesar información semántica y sintáctica. El equipo comprobó que los delfines entienden que un cambio en el orden de las palabras, se traduce en un cambio del significado del mensaje, lo que prueba que estos seres son capaces de asimilar una estructura gramatical. Por ejemplo, no es lo mismo decir “lleva esta piedra a Pedro” que “lleva a Pedro a la piedra”.

Akeakamai también era capaz de usar símbolos y asociarlos a diferentes objetos que habían sido introducidos previamente en la piscina. En otra prueba, ante la pregunta de los investigadores sobre si un objeto estaba presente o ausente en el tanque de agua, el delfín debía responder sí o no apretando una palanca. En aproximadamente un 90% de las ocasiones, respondió correctamente.

Se ha probado también que los delfines que habitan en libertad en la Bahía Tiburón, en el oeste de Australia, utilizan herramientas. Parece ser que se cubren el morro con esponjas a modo de fundas de protección, mientras remueven la arena del fondo del mar en busca de alimento. De esta forma, evitan herirse con los corales y los peces peligrosos que hay enterrados. Sabemos además que este comportamiento es cultural, porque es adquirido mediante aprendizaje social de otros compañeros y transmitido de generación a generación. Por tanto, saben imitar. Además, son capaces de reconocerse ante un espejo.

Aunque la distancia genética entre humanos y delfines es grande, estos asombrosos seres poseen algunas características que inducen a pensar en la existencia de una poderosa inteligencia que merece ser estudiada en profundidad, ya que de manera misteriosa, evolucionó sin conexión alguna con la nuestra. Por esta y otras razones, observar e investigar a los delfines puede resultar fundamental para conocer la naturaleza y origen de la inteligencia del ser humano.

Información recogida del blog “Somos Primates” y su autor es Pablo Herreros,

27 septiembre 2010

Alcanza tu sueño


Sé firme en tus actitudes y perseverante en tu ideal. Pero sé paciente, no pretendiendo que todo te llegue de inmediato. Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo, vendrá a tus manos en el momento oportuno. Aprende a esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamas.

Espera con paciencia a que maduren los frutos para poder apreciar debidamente su dulzura. No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes. No revuelvas una herida que está cicatrizada. No rememores dolores y sufrimientos antiguos. ¡Lo que pasó, pasó!

De ahora en adelante procura construir una vida nueva, dirigida hacia lo alto y camina hacia delante, sin mirar hacia atrás. Haz como el sol que nace cada día, sin acordarse de la noche que pasó.

Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es alcanzarla. No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer. No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar. No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.

Deja que el amor te toque y no te defiendas de él. Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo. No sufras por lo que viene, recuerda que "cada día tiene su propio afán".

Busca a alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad; una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella. Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio.

Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso. Desparrama en todas partes la alegría que hay dentro de ti. Que tu alegría sea contagiosa y viva para expulsar la tristeza de todos los que te rodean.

La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido, iluminando todos nuestros actos y sirviendo de guía a todos los que se acercan a nosotros. Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, por medio de la alegría, todos los que pasan por la calle en tinieblas, serán iluminados por tu luz.

Trabajo es sinónimo de nobleza. No desprecies el trabajo que te toca realizar en la vida. El trabajo ennoblece a aquellos que lo realizan con entusiasmo y amor. No existen trabajos humildes. Sólo se distinguen por ser bien o mal realizados. Da valor a tu trabajo, cumpliéndolo con amor y cariño y así te valorarás a ti mismo.

Dios nos ha creado para realizar un sueño. Vivamos por él, intentemos alcanzarlo. Pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizás entonces necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas. Así, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo haremos. No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella. El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino. Tú y sólo tú escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.

"Que este día sea el mejor de tu vida para alcanzar tus sueños".

12 septiembre 2010

No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el peso,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas e intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo,
Porque yo te quiero.

Mario Benedetti