29 septiembre 2015

¿Eres una bruja?


"Algunas de vosotras me escribís con dudas, confusas. Me contáis que mis palabras os resuenan, que sentís como propias muchas de mis experiencias, de mis pensamientos y sensaciones. ¿Soy una bruja? Me preguntáis. Y yo no sé qué responderos. Solo hay una persona en este mundo capaz de responder a esa pregunta, y esa persona sois vosotras mismas. Porque solo vosotras sabéis quiénes sois, y lo que sois en vuestro interior.

Para facilitaros esa respuesta os voy a contar una historia, os voy a contar quienes han sido las brujas a lo largo de la Historia, después, vosotras mismas decidiréis.

Las primeras brujas, ya en la Prehistoria, eran lo que ahora conocemos como chamanas. Personas que se comunicaban con los Dioses, y que hacían ritos y ceremonias en favor de su tribu. Además eran sanadoras y hacían rituales mágicos, hechizos, magia…

Con el tiempo, la Humanidad y sus creencias fueron evolucionando y estas chamanas (también chamanes) se fueron convirtiendo en sacerdotisas y sacerdotes de religiones más o menos organizadas y establecidas. La mayoría de ellas centradas en lo que realmente importaba a nuestra especie, la fertilidad de la Tierra, ya que era esto lo que garantizaba la supervivencia. En todas ellas la magia tenía un papel muy importante. Los hechizos y los sortilegios en los que se invocaba a los Dioses para favorecer cosechas, lluvia, abundancia, salud, amor… eran corrientes y naturales. Además de Sacerdotes y Sacerdotisas, había personas sabias en aldeas y pueblos que se mantenían más cercanas a las antiguas prácticas chamánicas. Casi siempre mujeres, sanadoras, parteras, ancianas sabias que orientaban a sus vecinos. Hechiceras y hierberas que comprendían el funcionamiento del mundo natural y su dimensión mágica.

Cuanto más aislado estuviera el poblado o la aldea, más cercanas a su origen se mantenían las antiguas tradiciones. Cuando un pueblo invasor llegaba imponiendo nuevos dioses y costumbres, la mayoría de las veces apenas daba una fina capa de barniz a las anteriores. Imaginad que vivís entre montañas, o en una pequeña aldea donde las cosas siempre son iguales. Tus padres, tus abuelos y los padres y abuelos de éstos, hasta donde puedes recordar, siempre han adorado a sus Dioses que les proveían de alimento y hogar, y siempre han realizado las mismas ceremonias, los mismos rituales en los mismos días señalados del año. Un día llega un invasor, por ejemplo Roma, y te dicen que ellos también conocen a tus Dioses, pero les llaman de otra manera y que, a partir de ese momento, tú debes llamarles igual que ellos. Y lo haces, pero las ceremonias continúan casi iguales que antes y tú se las enseñas a tus hijos aunque ahora dirigidas a los antiguos Dioses con nombres nuevos. Tus hijos y nietos continúan con ellas, haciendo lo mismo hasta que llega otro invasor, esta vez el Cristianismo.

Al principio ésta nueva religión llegada de Oriente no afectó a la mayoría de la población. En realidad tardó muchos más siglos de lo que nos han contado en implantarse. El Cristianismo fue una religión de ciudad y su anexión fue más una cuestión política que un asunto de fe. Eran los reyes los que, buscando alianzas y poder, se convertían. Y si un rey era cristiano, todo su reino se consideraba cristiano. Pero en realidad sus súbditos, especialmente cuanto más alejados vivieran de la ciudad, continuaban adorando a los mismos Dioses que sus antepasados y honrándolos con las mismas ceremonias y rituales mágicos que aquellos. Eran las personas que vivían en los pagos (campo en latín), los paganos.

Pero de todos es conocido que los Dioses de las antiguas religiones son los demonios de las nuevas y el Cristianismo se propuso convertirse en la única fe de Europa y del mundo, por lo que decidió acabar con lo que quedaba de las prácticas de las antiguas religiones, y para ello convirtió a aquellos antiguos Dioses de la fertilidad y la Tierra en demonios y construyó iglesias en la mayoría de los antiguos lugares de culto. Como la Humanidad es un animal de costumbres, fue difícil que abandonaran sus antiguas creencias, pero la Iglesia lo solucionó apropiándose de las festividades antiguas y de algunos Dioses convirtiéndoles en santos.

A pesar de ello, aún persistían mujeres que mantenían retazos del antiguo conocimiento. A veces casi intacto, otras veces sincretizado con elementos cristianos, y durante algunos siglos más, la Iglesia simplemente las ignoró al no considerarlas demasiado peligrosas. Pero tras la Edad Media, periodo más o menos tranquilo para estas mujeres, llegó el siglo XVI, la Edad Moderna. Y todo cambió. Grandes crisis sociales y económicas asolaron Europa durante los siglos XVI y XVII, hambrunas, corrupción política, revoluciones sociales, pestes…. El poder necesitaba un chivo expiatorio y lo encontró. Estas mujeres eran peligrosas, eran fuertes en sus comunidades, independientes, rebeldes, desafiantes. Eran mujeres que se atrevían a tener poder, a tener voz, a tener conocimiento… como los hombres. Y pronto los dedos que las acusaban se levantaron y surgió la palabra como un insulto, Bruja. Secuaz del Diablo. Amante de Satanás. Acusada de pactar con el Diablo para perjudicar a la especie humana y en especial, acabar con el cristianismo. Y la ola de miedo, terror, acusaciones sin fundamento y muertes se extendió por el mundo.
La inmensa mayoría de mujeres y hombres que murieron en aquellos siglos bajo la acusación de brujería no lo eran. Durante siglos el poder consiguió el arma perfecta para mantener a la población, y sobre todo a las mujeres, sometidas. Cualquier gesto podría ser sospechoso, cualquier mirada, cualquier palabra. Vecinos contra vecinos, familias contra familias, viudas herederas de tierras que otros codiciaban, suegras molestas, cualquier mujer que no necesitase a un hombre… cualquiera que sobresaliera.

Pero a pesar de ello, a duras penas y muy fragmentadas, las antiguas creencias, los antiguos Dioses, permanecieron. La magia, los hechizos, los rituales pervivieron. A veces puros, a veces con nombres cristianos, pero sobrevivieron.
Poco a poco, cuando el mundo se calmó, decidió que las brujas no existían y no habían existido nunca. Que la magia no existía. Que todas las antiguas creencias no eran más que supersticiones de personas incultas e iletradas. Y todo lo que una vez se reverenció, todo lo que más tarde se temió, ahora se despreció. Pero ni siquiera entonces desapareció. Todos los secretos y los misterios fueron guardados.

Y esto es lo que era una bruja, no un ser maléfico y sobrenatural seguidora del mal y acólita de Satán. No. Una bruja era la guardiana de los antiguos cultos de la Tierra. De las antiguas costumbres. Heredera de la magia, de hechizos y sortilegios y conocedora del mundo natural. Esa es la brujería.
Y ahora, en nuestros tiempos, las brujas somos todo eso y más. Ahora dedicamos nuestra vida a intentar recuperar lo que se perdió. Estudiando fragmentos, intentando comprender cómo debieron ser aquellas primeras religiones, tratando de reconstruir un pasado que jamás se olvidó del todo. Honramos a aquellos primeros Dioses, a nuestra Diosa Madre Tierra y Señora de la Luna, estudiamos el misterio de este planeta y de la Naturaleza, recordamos y enseñamos a otras el poder y la conexión divina que hay entre el cuerpo de una mujer y la Tierra y hacemos magia. Esto es, sobre todo, lo que define a una bruja. Hacemos magia. Hechizos. Sortilegios. Encantamos hierbas, piedras, talismanes, amuletos…. Embrujamos al mundo y a nosotras mismas.
Si tienes premoniciones, intuiciones o visiones eres vidente, no bruja. Si te comunicas con fallecidos no eres bruja, eres médium. Si sientes las emociones de otros o sus presencias, eres sensitiva, no bruja. La bruja es aquella que además de todo eso (o no), hace brujería. Magia. Utiliza conscientemente las energías de la Tierra, las de los Dioses (les llame como les llame) y la suya propia mediante rituales y ceremonias que un día se prohibieron, para crear un cambio en el mundo que le rodea y en sí misma.

Aunque algunas no se sienten cómodas con la palabra, la gran mayoría sí lo hacemos. Las palabras tienen poder y nosotras nos llamamos brujas a nosotras mismas porque reivindicamos la limpieza de ese nombre. Reivindicamos el recuerdo de todas aquellas mujeres que murieron acusadas de algo que siempre fue falso, en nombre de demonios falsos, y condenadas por actos falsos.
Las brujas hemos sido siempre mujeres libres, fuertes y sabias. Guardianas del pasado y del antiguo conocimiento. Hijas de la magia y maestras de brujería. Sólo eso. Todo eso.

Y ahora que ya conoces nuestra historia, puedes encontrar la respuesta a tu pregunta.

Está en tu corazón.

¿Te atreves a buscarla?
Hyedra de Trivia

(Eva Hyedra López) (https://hyedra.wordpress.com/2015/09/19/eres-una-bruja/)

26 septiembre 2015

El sendero del mago



El mago , siendo un profeta, no tiene género. Es solo la imperfección del idioma la que convierte a Merlín en un "el" (como lo hace también con los vocablos Dios, sabio, adivino y muchos otros que están mas allá de lo masculino o femenino). A falta de un término neutral, deseo aclarar que la palabra mago se refiere aqui tanto a las mujeres como a los hombres. Vale la pena reconocer que, en nuestra sociedad, han sido las mujeres quienes mas pronto han acogido el retorno de lo mágico.
"El sendero del mago"- Deepak Chopra

05 septiembre 2015

CREO



CREO..
.• Creo que con ternura, un corazón sin vida puede volver a latir.
• Que hay un lugar en el corazón donde habita la esperanza y es en ese lugar de nuestro corazón donde encontramos el calor necesario para sufragar noches solitarias de recuerdos y desengaños
.• Que la "casualidad" nos une a seres que atienden y fertilizan nuestra esperanza.
• Que no debemos poner limitaciones a los sueños por realizar.
• Que nos han enseñado a dar y no sabemos recibir con generosidad.
• Que la paciencia es la que mantiene la esperanza.
• Que nunca es tarde para arrepentirse y pedir perdón.
• Que al sentir una mirada... un corazón enamorado puede embriagarse.
• Que sí... se puede aprender a confiar nuevamente.
• Que yo no puedo enseñarte lo que no tengo... pero sí podemos intercambiar lo que sabemos.
• Que hay que decir lo que se siente, hacer lo que se piense y dar lo que se tiene.
• Que cuando un amigo se va es que ha realizado la función por la que estaba en nuestra vida.
• Que la desconfianza nos hace no salir a la ventana para ver quién llama y respondemos "abriré mañana", para contestar lo mismo mañana.
• Que es de sabios saber cuando hablar y cuando callar.
• Que las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca.
• Que hay que pensar muy bien antes de hablar, calmarse cuando se esté airada o airado, resentido, y hablar sólo cuando se esté... en paz.
• Creo que aún hay ESPERANZA...
o Que si hacemos y vivimos de acuerdo con nuestro corazón...
o Si damos lo mejor de nosotros cada instante de nuestra VIDA...
o Si amamos desinteresadamente....
Si hacemos a los demás lo que nos gusta o deseamos que nos hagan a nosotros...
¡Este mundo en que vivimos puede cambiar!
• Creo que la vida es HERMOSA... que nos llena de oportunidades para sentirnos felices de estar vivos.
• Creo en los afectos, en la ternura, en LOS AMIGOS...
• Creo que nunca es tarde para comenzar de nuevo... para hacer caminos, para lograr que todos vivamos dignamente y en PAZ...

12 junio 2015

Somos




Somos... la luz que nos envuelve, las sombras que nos caen, la vida que soñamos, la paz que nos habita, el amor que reclamamos.

Somos.... nosotros mismos en un mar lleno de dudas, en un mar lleno de amor, en un mar colmado de recuerdos, en un mar infinito.

Somos... la gente que nos quiere, el alma que respira, la noche y las estrellas y el dia que ilumina.

Somos.... Soy Gaia... SOY, lo que quizá tu no ves que SOY...
(Karma-Aguila Blanca)

01 marzo 2015

La iluminación no es un destino

No hay un camino fijo hacia la iluminación. La iluminación no es una meta. No es un lugar de descanso al final de un largo viaje. Esa es la versión que tiene la mente acerca de la iluminación.

La iluminación es simplemente iluminar plenamente el sitio donde te encuentras en este momento.

Esta es una muy buena noticia. Significa que nadie es la autoridad en tu camino - ningún maestro, ningún gurú, ningún líder religioso. Significa que nadie te puede decir cuál es el camino 'correcto' para ti. Significa que no hay posibilidad de equivocarte, aunque pienses que te has equivocado.

Significa que nada de lo que ocurra puede sacarte del camino, porque el camino ES cualquier cosa que ocurra, sin excepción.

Nada puede sacarte del milagro de la vida, o acercarte más, porque el milagro está en todos lados, y ya está brillando esplendorosamente, como cada pensamiento, sensación, imagen, sentimiento, olor, sonido, y como el milagro más profundo del uno que está consciente de todo esto, el uno que brilla.

 Sé la presencia consciente, brillando en cada momento, independientemente de lo que contenga. Duda, miedo, tristeza, ira, intensa confusión - tal vez, sólo tal vez, éstos no sean enemigos ni "obstáculos para la iluminación", sino expresiones de una inteligencia mucho más profunda, la incomprensiblemente vasta y despierta inteligencia que da a luz a las estrellas y mueve las mareas de los océanos y envía a cada cosa viviente a su paradójico viaje hacia su propio Ser.

Sal de la historia del tiempo y el espacio y del progreso hacia una meta futura, y confía en un momento sagrado. Toma cualquier momento. Cualquier momento que quieras. Este momento. Porque cualquier momento es el punto de acceso.

Nunca hay obstáculos - sólo puntos de acceso.

Tú no eres ninguna entidad separada en un largo viaje hacia una completud futura. Tú eres pura poesía. 

Jeff Foster