Reclama tus alas: El Cóndor y el Águila

Sin tu Águila y tu Cóndor no alcanzarás la Luz.

El Águila simboliza la Sabiduría. La mayor sabiduría es desligarse fuera del pasado, sin colgarse a él, tal como una serpiente se desliza de su vieja piel y nunca mira atrás. Su movimiento es siempre de lo viejo a lo nuevo.

La sabiduría no es la colección del pasado, la sabiduría es la experiencia de la renovación constante de la vida. Refleja, como un espejo claro, lo que está siempre fresco, siempre nuevo, siempre en el presente.

El Águila representa el coraje para volar sin temor a lo desconocido. Es un símbolo de libertad. Solitaria va cruzando el sol, lejos, en el cielo sin fronteras, sin temor. Sabiduría y libertad son dos aspectos de la misma moneda. La sabiduría es la desaparición del ego. Te vacía absolutamente, pero ese vacío es un nuevo tipo de plenitud. Es un espacio. El auténtico saber sólo puede crecer en la tierra, echar raíces en la mismísima carne de nuestra vida; de lo contrario, sólo es una transitoria creencia. La libertad auténtica es la del alma que puede volverse un Águila e ir hacia lo desconocido y lo incognoscible sin ningún temor.

El Amor y la Sabiduría son como dos alas. Un pájaro no puede volar con un ala sola, y durante miles de años el ser humano ha tratado de hacer exactamente eso. O ha elegido el Amor e ignorado la Sabiduría o ha elegido la Sabiduría y rechazado el Amor...

Encuentra energía en la Sabiduría y compártela en el Amor. El Amor te dará un apetito para la Sabiduría y la Sabiduría te dará un profundo anhelo de Amor. Y si uno puede moverse fácilmente entre ambos, ha aprendido el Arte de Vivir...

El Águila significa que tú necesitas fuerzas masculinas para vivir la vida que te espera.

La forma de Cóndor significa que necesitas, sobre todo, la intuición femenina.
Sólo él sabe y sólo él decide qué forma conviene. El Águila es representativa de la energía Solar y el Cóndor de la energía Lunar, ambos conforman un Tao. Tú eres un ángel... reclama tus alas: Amor-Sabiduría.

Ahora puedes despegar de la tierra y volar libre hacia los cielos infinitos. Dado que has alcanzado este estado último de conciencia, estás tan colmado de alegría que deseas compartirlo.
El Cóndor simboliza el Amor. El Amor es la capacidad de llevar la luz del sol a la vida del otro. Si amas profundamente, poco a poco te darás cuenta de que tu amor se torna más y más meditativo. Una sutil cualidad de silencio está entrando en ti. Los pensamientos van desapareciendo, espacios van surgiendo. ¡Silencios!

Estás tocando tu propia profundidad. El amor te hace meditativo. Este es un amor que nace de la Fuente. Deja que te ayude a desplazar en la dimensión de lo vertical, de la no-mente, del no-tiempo, y de repente, verás que la fragancia está ahí. Entonces, es eterna; entonces, es incondicional. Entonces ni siquiera está dirigida a alguien en particular, no puede estar dirigida a nadie en particular. No es una relación, es más bien una cualidad que te rodea. No tiene nada que ver con el otro. Tú eres amoroso, tú eres el amor; entonces es eterno. Es tu fragancia. Ahora puedes sostener la Luz de tu Alma sólo y con otros. Por fin puedes disfrutar de tu Luz y compartir tu amor. El viaje ha valido la pena y otro acaba de empezar. Eres Buddha y Cristo simultáneamente. Entonces surge la Compasión: Amor más Sabiduría.

Necesitas ser tan consciente, tan sabio, tan inteligente como sea posible; y también necesitas el coraje para entrar en lo desconocido y finalmente en lo incognoscible, el salto hacia lo incognoscible es el salto hacia la divinidad de la existencia.

El Ser Nuevo será libre, pero viviendo en un mundo material; astuto, pero inocente; abierto a los demás, pero confiado en sí mismo; fuerte, pero capaz de ceder; centrado en valores supremos, pero capaz de aceptar la imperfección; realista respecto a los sufrimientos que nos impone la existencia, pero lleno de gratitud por la vida tal como es.

El modo de sacarnos el mayor partido es trascendiéndonos a nosotros mismos. Cuando uno se trasciende a sí mismo, ese hecho se verá confirmado por la calidad de su vida.

La felicidad brota de tu propio ser. La felicidad justifica la existencia misma. El éxito es la concreción de tu proyecto humano de vida.

Tórnate el heraldo de la mañana venidera. Haz el camino para que suceda el Ser Nuevo. El Ser Nuevo desea tornarse abono para que crezcan las rosas. Y descubrir de qué se trata ser Hermanos.

Juan Ángel Moliterni