Buda decía: “la vida es como un río, tiene dos orillas; y, a veces, nos toca estar mas cerca de una orilla que de la otra. Cuando eso suceda, debemos tratar de llevar nuestra embarcación al medio del río. Pero, si la corriente es fuerte y nos empuja hacia un lado u otro, no nos opongamos. Estaremos el tiempo que haya que estar hasta retomar el medio del río”. Esto quiere decir que día a día estamos enfrentándonos a la dualidad; a los opuestos complementarios: vida/muerte; positivo/negativo; amor/odio…
Esas serian las orillas de nuestra vida. Al quedarnos en una de ellas, se produce un desequilibrio. Ningún extremo es bueno. Ir hacia el medio es la esencia del Tao, dirían los chinos. O Dios, dirían los monoteístas. Estamos hablando de la Unidad.
Un ejemplo: Cuando el corazón está al servicio de la inteligencia, esta es una gran tirana. Cuando la inteligencia está al servicio del corazón, es una gran servidora. Debemos seguir a nuestro corazón, a la intuición, al Maestro Interno, pero sin dejar de oír nuestra percepción. Eso es estar en la “vía de en medio”